Si se trata de llevar adelante una vida sana, la alimentación es uno de los primeros puntos a tener en cuenta, como también las actividades físicas y los controles médicos.
Para quienes han comenzado una dieta para adelgazar, incorporar alimentos que sean ricos en proteínas, vitaminas y minerales, sin tener demasiado contenido calórico, es una premisa fundamental.
El tomate, por ejemplo, es uno de los frutos más sabrosos y más nobles a la hora de ponerlos sobre la mesa, ya que aportan un bajo contenido de calorías, las cuales alcanzan tan solo unas 29 calorías en un tomate de tamaño mediano.
Además, ofrece otros beneficios para la salud, sobre todo si es verano y quieres lograr un bronceado firme, ya que el tomate tiene licopeno, el cual actúa e manera similar al betacaroteno, estimulando la mesalina y favoreciendo el impacto de los rayos del sol en la piel.
Este fruto se come en ensaladas, combinado con lechuga, huevos y zanahorias y siempre es muy sabroso de la manera que se lo prepare. Por supuesto que hay que tener en cuenta que las calorías que mencionamos anteriormente son del tomate al natural, por lo cual, si se lo condimenta con aceites u otros aderezos, el nivel calórico ascenderá de manera considerable.
